
La relación entre la dieta y el cáncer colorrectal: ¿cómo influye la alimentación en esta enfermedad?
El cáncer colorrectal es una de las enfermedades más comunes en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que en 2020 se diagnosticaron 1,9 millones de nuevos casos y se produjeron más de 900.000 muertes a causa de esta enfermedad.
El cáncer colorrectal es un tipo de cáncer que se origina en el colon o el recto. La mayoría de los casos de cáncer colorrectal comienzan como pólipos benignos en la pared del colon o el recto. Con el tiempo, algunos pólipos pueden convertirse en cáncer.
Aunque la causa exacta del cáncer colorrectal no se conoce, se sabe que ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta enfermedad, incluyendo la dieta.
La buena noticia es que muchos casos de cáncer colorrectal se pueden prevenir gracias a mejores hábitos de vida, entre los que destacan los dietéticos, o detectar de forma temprana.
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¿Cuáles son los síntomas más habituales en estos pacientes?
Sin embargo, una vez se ha constituido la enfermedad, la nutrición y la alimentación tienen un papel que puede ser fundamental para la prevención de la desnutrición (que puede situarse entre un 10 y un 40% al diagnóstico en estos pacientes), la anemia (siendo el cáncer colorrectal el segundo de los tumores donde más aparece a lo largo de su abordaje) y los síntomas secundarios asociados al tratamiento, como la diarrea, distensión abdominal, gastritis o problemas de suboclusión intestinal en los tumores rectales.
Cabe destacar que, al diagnóstico, es habitual encontrar que se intercalen periodos de estreñimiento y diarrea, saciedad precoz (a mayor masa tumoral inicial o mayor estadio, más frecuente), anemia (melenas), deshidratación y una pérdida de peso mayor al 5% en uno de cada dos pacientes en los últimos 3 a 6 meses, lo que implica un compromiso de la masa muscular.
¿Cómo se relaciona con la alimentación?
La alimentación y el cáncer colorrectal tienen una relación compleja y multifactorial. Los estudios han demostrado que la dieta puede afectar la composición de la microbiota intestinal, la inflamación y la producción de metabolitos, lo que puede influir en la progresión del cáncer colorrectal.
Además, tanto nutrientes aislados como grupos de alimentos pueden aumentar o reducir el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal, como por ejemplo el calcio o fibra (factor protector), el alcohol (factor de riesgo), o el consumo de carne roja (factor de riesgo).
La fibra dietética puede ayudar a prevenir el cáncer colorrectal al reducir el tiempo de tránsito intestinal y aumentar el volumen fecal, lo que disminuye la exposición del colon a compuestos carcinogénicos.
Cuando la enfermedad ya está diagnosticada, la mejora de la alimentación puede suponer varias ventajas:
- Menos riesgo de toxicidad asociada al tratamiento.
- Menor pérdida de masa muscular.
- Mejora de calidad de vida.
- Menor riesgo de suboclusión (más frecuente en recto o cuanto más cerca de recto).
El último sumario de evidencia sobre el manejo de estos casos, señala que el uso de una dietoterapia basada en frutas, vegetales, cereales integrales, especias y lácteos, en el contexto de una alimentación adaptada y pautada, de forma suficiente y completa, es una estrategia efectiva como medida adyuvante en el cáncer colorrectal.

La “Terapia basada en microbios”
Los últimos años e investigación en este campo han traído mucha información sobre el rol potencial de la microbiota tanto en el tratamiento como génesis de estos problemas; actualmente, en cáncer colorrectal se puede hablar de la “Terapia de microbios” como parte del tratamiento con beneficios:
- La suplementación con Lactobacillus plantarum, acidophilus y bifidobacterias como longum han conseguido reducir tasas de infecciones post quirúrgicas gracias a mejorar la mucosa del colon.
- La suplementación anterior con el hongo Saccharomyces boulardii consiguió una reducción considerable en complicaciones postquirúrgicas.
- O durante el tratamiento, el uso de Lactobacillus rhamnosus o acidophilus consiguieron una reducción de diarreas, dolor abdominal, estancia hospitalaria y, en general, una reducción de la toxicidad en colon sin reducir la dosis terapéutica.
Estos son solo algunos de los datos que arrojan 5 de los más de 20 Ensayos Clínicos Aleatorizados (ECA) que se pueden analizar cuando se trata de cáncer colorrectal y el uso de probióticos o prebióticos, usados tanto al diagnóstico como en cualquier proceso terapéutico.
En conclusión
La alimentación suficiente en estos pacientes podría cubrir una potencial pérdida de peso, salvaguardar la masa muscular y hacer todo el proceso mucho más llevadero, poniendo en el centro la calidad de vida.
Durante los últimos años se han investigado nuevas líneas terapéuticas adyuvantes durante el proceso y que parten de una alimentación suficiente, adaptada a las necesidades clínicas del paciente y su línea terapéutica:
- Suplementación con complementos orales calóricos si no es posible el consejo dietético.
- Suplementación con omega-3, sustancias bioactivas o Vitamina D.
- Suplementación con probióticos.
Con resultados dispares y no siempre útiles o fiables, pero que pueden redefinir la asistencia dietética y, si se analizan de forma crítica, existen muchos resultados aplicables en el abordaje dietoterapéutico de estos pacientes.
Para eso hemos diseñado el Curso Dietoterapia en pacientes con cáncer colorrectal,, para hacer una lectura de la evidencia científica actual y adaptarla a la consulta de una dietista-nutricionista, para potenciar con nuestros consejos el mejor abordaje posible para cualquier escenario y tratamiento de estos pacientes, desde el tratamiento ante un recién diagnóstico, como durante la quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o antes y tras cirugía.
